19 de julio de 2012

Tardes frías


Tardes frías,
a orillas de un invierno con melancolía
han traído sonrisas congeladas
plegadas en mis alas de golondrina
que reposan montadas sobre árboles
secos y marchitos.

Mi pecho ha escondido dentro sí
las Notas agudas que saben
hacer de las fuertes y heladas briznas
amigas y compañeras
en encantadoras tardes grises
vestidas de contrastes

Mi pequeño corazón de ave quisiera rendirse en este preciso instante,
quisiera dejar de alzar su voz para romper las rocas ásperas
pero cada vez que el alba asoma
un abismo dentro de éste peludo pecho de golondrina
palpita para anunciar con su pico
que ha sido predestinado para cantar al son
de los primeros rayos del sol
Sin importar cuantos inviernos nos vengan a visitar

9 de julio de 2012

Escaso tiempo

El tiempo se ha hecho escaso
tanto que recurro a las exhaustas noches
para compensar los días cortos 
tanto que vivo más con la luna
que con cualquier otro astro

Ya no sobran minutos de ociosa paz
ni puedo escribir versos
pues la tinta de mi lápiz se secó 
gastada en banales y obligados  deberes
que me han privado de mis propios sueños 

El tiempo se ha hecho escaso 
tanto que mis pinceles se han llenado de polvo 
y escondido en el sótano está mi atril 
pues por ahora no hay tiempo para ser feliz.
Entonces me pregunto:

¿Eternidad, Cuando vendrás por mi? 


Enamorada de la Noche

Las calles solitarias que recorro
me han enamorado de ésta noche
con sus románticos faroles
con las siluetas esbeltas de los árboles
que fúnebres y oscuro
nos pintan paz en medio del gris pálido del cielo

Me he enamorado de ésta noche
al caminar sobre antiguos adoquines,
al ver los fantasmas que dejó la gente
mientras transitó  corriendo las calles
que ahora se encargan de mecer  las hojas
y de traernos al viento

Pero los grillos nocturnos
nos cuentan que pronto volveremos a contar con el alba
y que la soledad romántica de ésta noche se disipará
pero no por la llegada del sol
si no con las pisadas mortales de los hombres.

La pluma


La pluma que escribe estas lineas,
sujeta por mi mano,
se desliza casi por inercia
pues  ya no hay mucho que decir,
ya no hay nada más que esperar
serena y cansada
los abrazos dulces de Dios,
las promesas alentadoras
que recogerán pedazos míos
abandonados a mitad de camino

Hojas de árbol


Observo las hojas 
y admiro encantada como ninguna
es igual a otra 
como cada uno tiene y tendrá
su propia historia 

Admiro su inmortalidad,
pues morirán más de mil veces
y una y otra vez volverán a florecer
para hacer de éstas paredes 
grises de cemento 
un sitio vivo y colorido,
para hacer llevadero 
el bramido de las micros
y entregarle un poco de vida
a las miradas frías e indiferentes del mundo

En el muelle



Sentada sobre el viejo muelle de la ciudad del Mar
diviso el infinito océano 
que se mira radiante y fresco 
llegando a opacar al azul del cielo.
Mi mirada vuela con las alas 
de las aves de este puerto 
que planean soberanas con el viento
dibujando sus huellas al rozar el océano 
despertando mis ansias perdidas 
al empaparme de cristalinas perlas marinas.

Por fin he dejado de añorar libertad
pues mi alma se se unió a la danza de las aves
que han emigrado para encontrar nuevos senderos.