Colibrí volador

La mayor parte de mi vida la he pasado con las nubes,
volando, soñando despierta
siempre como un estrella fugaz
que viene y que va en este vaivén que nos dibuja la vida.
Con este corazón de pequeño colibrí volador,
confuso y soñador.

Pero a veces, en días como hoy, hay que aterrizar
y es como si tuviera que volver  a aprender a caminar.
La tierra bajo mis pies  es más aspera
que las nubes que siempre en el cielo me abrazan
pero aquí vamos una ves más
con el corazón saltando a mil por hora,
con la ilusa mirada, la piel erizada
y las manos vacías
pero con el alma llena de valentía.

Sólo tu y yo entendemos.

Nuestros corazones guardan secretos
que sólo tu y yo entendemos.
Siempre caminamos juntos
pero ahora estamos en veredas diferentes
expectantes, esperando a saber que quiere la vida de nosotros,
si se volverán a juntar nuestros pasos,
si tus sonrisas volverán a ser las mías
o sí ya es tiempo de dejar ir a mi estrella favorita...

Estás lejos y volar en el universo ya no es lo mismo.
Me llevé un pedazo de ti y tu uno de mi,
no hubo adiós, ni un "hasta luego"
sólo silencio y nuestras sonrisas que detuvieron el tiempo.

Soles y Corcheas

Hay una historia innegable entre tu y yo,
entre tus "fusas" y mi inocente terqueza sobre tus teclas,
entre mis lágrimas y tus sonrisas,
guardadas en días de silencio triste
al que le quitas notas
y le agregas soles con corcheas.

He amado conocerte,
porque tu no preguntas por mis penas
sólo elevas mis lágrimas hasta el cielo
y dejas que Dios las consuele.
Y allí volvemos a sonreír juntos
cantando viejos himnos,
sostenidos en medio del universo
entre "blancas y negras",
entre "Re y La", entre Mi y  "Sol".

Tu sabes, nunca ha habido talento en mis torpes manos
sólo un corazón dispuesto,
que no se ha cansado ni se cansará de intentar mil  veces y más!,
que no ha renunciado a tu dulce poesía,
que te ha amado
y que se ha abrazado a ti
tan fuerte como la Luna a sus estrellas...

Dos estrellas

Es extraño saber que somos dos estrellas diferentes
unidas por el mismo Universo
y aún más extraño es entender
que brillas cerca de mi
para ahuyentar las noches frías
sin esperar nada más que una sonrisa.

Tal vez si nada cambia y todo continua igual
sólo termine por robar tu luz,
y entonces la vía láctea llorará
por perder una de las estrellas
más valientes y dulces
que alguna vez pisó sus nubes...

Créeme, han sido tesoros para mi
tus sonrisas, tus consejos y tu ir y venir de palabras
con motivos claros o sin ellos
pero tal vez yo debería emigrar
para que des tu luz a quién
si pueda dar tanto como tu le das,
para que nos se confunda nuestras letras,
para que guarde recuerdos gratos nuestra amistad,
para que no se alarguen las penas,
para no estorbar en tu camino
y puedas brillar tanto como el sol,
tanto como la luna por quien valga lo suficiente que tu vales.

Entre líneas y lágrimas

Léeme el corazón y entenderás

que las líneas de esta pequeña
no constan en una eterna melancolía

si no que mi lápiz se inspira 

sobre las hojas blancas

cuando mis ojos guardan lloviznas claras.

 Allí, en ese lazo único entre mi sentir
y el pulso agitado de mi mano al escribir
 mezclándose la tinta entre la tristeza de mis lágrimas

en donde el papel y las letras las abrazan y las guardan

entendidas y silentes

queriendo también llevar en ellas mi carga.

Sonreiré

Halos de luz penetran en el cielo nublado
y la nostalgia intenta tocar a la puerta
trayendo en sus bolsillos preguntas.

Sólo demos un paseo mientras aún no anochece,
cerremos los ojos y olvidemosnos por un momento
de esta tonta racionalidad humana
que siempre cuestiona a la vida
y se aferra a ella tan ilusa y egoísta.

Si hoy amanecí,
si abrí mis  cristales pardos
y contemplé el sol
debería bastarme para ser feliz
Porque aún brillan las estrellas
a pesar de que el cielo
de día las guarde tras su manto azul,
porque el gusto de la vida está
en la simpleza fugaz de una sonrisa efímera,
en una mirada ilusa, en soñador despierto
sin importar cuantos abismos oscuros nos recorran.

Hoy sonreiré por los lirios, por la poesía,
por contemplar el gris cielo que nos rodea
con halos de luz penetrando
entre las tercas nubes
que nos muestran la belleza innegable de la vida.

Volveré a intentarlo

He vuelto a tapar el sol con un dedo,
a caminar sobre las hojas secas que abandonó el otoño
y a pintar con oleos rosa los matices grises
que nos entregaron las piedras en medio del sendero.

No renunciaré al corazón soñador
sólo por haber tomado el trayecto equivocado,
por haberme estrellado con muros resignados.
Retrocederé un par de pasos
y tomaré una nueva avenida,
respiraré profundo y volveré a intentarlo.