Recuerdo nuestras letras,
Las noches interminables,
El aroma de tu compañía
y la dulzura de tu mirada cuando se detenía a mirarme sacando de mi alma sonrisas tímidas.
Recuerdo nuestro primer encuentro y el último "hasta pronto",
con el sentimiento y los ocasos que se anidan en el pecho.
Recuerdo los poemas que un día fueron míos, las caricias que aún se sienten en la piel, las tardes de árboles y mantas en el pasto, recuerdo a mi nota favorita creando canciones en el pentagrama de mi vida...