18 de noviembre de 2017
La vida
Sí... a veces la vida te golpea , te tumba boca abajo
sin siquiera dar previo aviso
pero tan rápido como puedes te levantas soberbia y firme,
sacudiéndote el polvo y omitiendo las heridas
creyendo que puedes, porque es cierto, Puedes...
Pero entonces no tarda mucho y vuelve a sacudirte,
a confundirte el camino, a ponerte la carrera cuesta arriba
y cansada esta vez, desde el piso respiras profundo y entiendes
que está bien llorar, e incluso tener miedo,
que levantarte deprisa no significa ser fuerte sin aún
haberte curado las heridas para continuar la aventura
y que es cierto, a veces no somos dueños del destino
y nos sorprende y nos hiere duro pero nos hace fuertes,
fuertes desde alma, para reconocer que somos frágiles
pero también tenaces, y que sin importar cuantas veces nos tumbe,
nos reinventamos, nos levantamos, sanamos,
volvemos a sonreír desde el alma y luchamos.
Porque si vamos a vivir, que la travesía valga siempre la pena,
con el corazón latiendo fuerte, amando, llorando, siendo fuerte,
siendo incluso débil, pero jamás rindiéndose.
Porque todos nos tropezamos, nos cansamos y sí, todos lloramos,
algunos para adentro, otros afuera y hasta algunos lloran
sin siquiera darse cuenta, pero tomamos aire y seguimos,
no por inercia, no por la corriente, sino por amor,
amor a esta vida que nos golpea, nos sonríe y nos enseña...
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