La mayor parte de mi vida la he pasado con las nubes,
volando, soñando despierta
siempre como un estrella fugaz
que viene y que va en este vaivén que nos dibuja la vida.
Con este corazón de pequeño colibrí volador,
confuso y soñador.
Pero a veces, en días como hoy, hay que aterrizar
y es como si tuviera que volver a aprender a caminar.
La tierra bajo mis pies es más aspera
que las nubes que siempre en el cielo me abrazan
pero aquí vamos una ves más
con el corazón saltando a mil por hora,
con la ilusa mirada, la piel erizada
y las manos vacías
pero con el alma llena de valentía.
